1. Sea, pues, esta cita
de Clemente no sólo un relato sino también sirva de provecho para aquellos que
lo lean. Pero mencionemos a continuación los escritos indiscutibles del
apóstol.
2. En primer lugar hay que aceptar como auténtico su Evangelio, que se lee en todas las iglesias bajo el cielo. Pero la razón por la que entre los antiguos se colocara en cuarto lugar, después de los otros tres, tal vez se aclara con la siguiente explicación:
3. Estos hombres eran inspirados, y en realidad notables para con Dios (me refiero a los apóstoles de Cristo), y tenían purificadas sus vidas sobremanera y ornamentadas sus almas por toda virtud. No obstante, hacían uso del lenguaje sencillo. Ciertamente ellos eran animados por el poder divino y obrador de milagros recibidos del Salvador, pero no sabían ni tampoco buscaban ser embajadores del conocimiento de la enseñanza por medio de la persecución y del arte de la oratoria. Sino que anunciaban a toda la tierra el reino de los cielos sin demasiado esfuerzo para ponerlo por escrito, utilizando solamente la demostración del Espíritu Divino que les auxiliaba y el poder de Cristo que obraba milagros por medio de ellos.
4. Y esto lo hacían de este modo porque servían a un ministerio más alto y superior al hombre. Por eso Pablo, de todos el más hábil para preparar discursos y el de pensamiento más poderoso, no nos dejó por escrito más que brevísimas cartas, a pesar de poder explicar cosas infinitas e inefables, porque llegó a la contemplación del tercer cielo, y arrebatado al mismo paraíso, fue hecho digno de oír las inefables palabras de aquel lugar.
5. Pero tampoco los otros seguidores de nuestro Salvador carecían de experiencias similares. Me refiero a los doce apóstoles, a los setenta discípulos y a millares más. Mas, a pesar de ello, de todos éstos únicamente Mateo y Juan nos han dejado un recuerdo de las plácticas del Señor, e incluso ellos, según la tradición, se pusieron a escribir obligados.
6. Por su parte, Mateo, que en primer lugar predicó a los hebreos cuando ya estaba por dedicarse también a otros, expuso por escrito su Evangelio en su lengua materna, sustituyendo de este modo por escrito la falta de su presencia en medio de aquellos de los que se alejaba.
7. Y, a su vez, Marcos y Lucas ya habían procedido a la entrega de sus respectivos Evangelios cuando se dice que Juan seguía haciendo uso de la predicación oral, y que finalmente se dedicó a escribirlo por causa de la siguiente razón:
Habiendo sido ya divulgados los tres Evangelios escritos con anterioridad, llegando también a sus manos, dicen que los aceptó e incluso dio testimonio de su veracidad, pero que el relato carecía de los hechos que llevó a cabo Cristo en el principio y también en el comienzo de su predicación.
8. La explicación es verdadera. Se puede ver cómo los tres evangelistas únicamente refieren por escrito los hechos del Salvador ocurridos un año después del encarcelamiento de Juan el Bautista. Y ellos mismos lo indican al principio de sus relatos.
9. Por ejemplo, tras el ayuno de cuarenta días y de la subsiguiente tentación, Mateo pone de manifiesto el tiempo de su propio escrito cuando dice: «Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió de Judea a Galilea».
10. Del mismo modo, Marcos dice: «Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea». Y Lucas también, antes de empezar a redactar los hechos de Jesús, menciona algo semejante, cuando dice que Herodes añadió, a sus anteriores crímenes, el siguiente: «Encerró a Juan en la cúrcel».
11. Por esta causa dicen que se rogó a Juan para que expusiera en su Evangelio el tiempo no mencionado y los hechos del Salvador durante este período (es decir, antes del encarcelamiento del Bautista). Esto también lo menciona cuando dice: «Este principio de señales hizo Jesús», y cuando habla sobre el Bautista, entre los hechos de Jesús, diciendo que todavía bautizaba en Ainón, cerca de Salem. Esto lo expone claramente como sigue: «Porque Juan no había sido aún encarcelado».
12. Así pues, Juan expone en su Evangelio escrito las obras anteriores al encarcelamiento del Bautista, pero los tres evangelistas restantes mencionan las que llevó a cabo después de que él fuera encarcelado.
13. Quien considere estos factores ya no podrá creer que los Evangelios difieren entre sí, sino que el de Juan abarca los primeros hechos de Cristo y los otros relatos el final. Del mismo modo, debe haber silenciado la genealogía según la carne de nuestro Salvador porque Mateo y Lucas ya la habían escrito y debe haber empezado con su divinidad como si el Espíritu divino se lo hubiera guardado por ser más poderoso.
14. Todo lo mencionado acerca de la escritura del Evangelio según San Juan es ya suficiente, y cuál fue la causa del Evangelio según San Marcos ya quedó explicado anteriormente.
15. Por lo que se refiere a Lucas, él también explica de antemano la razón de la composición del Evangelio al principio de su narración. Puesto que muchos otros ya se habían dedicado precipitadmnente a componer un relato de aquellas cosas sobre las cuales estaba ciertísimo, le pareció necesario alejarnos de las inciertas suposiciones de los demás y en su Evangelio nos ha transmitido la narración exacta de aquellas cosas cuya verdad ha obtenido con suficiencia de datos, por causa de su convivencia y su relación con Pablo junto con la reunión de los demás apóstoles.
16. Esto es lo que poseemos sobre este punto. No obstante, en un momento más oportuno, intentaremos exponer, usando citas de los antiguos, lo que otros han afirmado acerca de este tema.
17. Además del Evangelio, de los escritos de Juan también se conoce, sin duda alguna, tanto antiguamente como ahora, su primera Epístola.
18. Sin embargo, se discuten las dos restantes. Sobre el Apocalipsis, la opinión de muchos sigue dividida entre ambas posturas. También a su debido tiempo éste escrito recibirá el juicio basado en el testimonio de los antiguos.
2. En primer lugar hay que aceptar como auténtico su Evangelio, que se lee en todas las iglesias bajo el cielo. Pero la razón por la que entre los antiguos se colocara en cuarto lugar, después de los otros tres, tal vez se aclara con la siguiente explicación:
3. Estos hombres eran inspirados, y en realidad notables para con Dios (me refiero a los apóstoles de Cristo), y tenían purificadas sus vidas sobremanera y ornamentadas sus almas por toda virtud. No obstante, hacían uso del lenguaje sencillo. Ciertamente ellos eran animados por el poder divino y obrador de milagros recibidos del Salvador, pero no sabían ni tampoco buscaban ser embajadores del conocimiento de la enseñanza por medio de la persecución y del arte de la oratoria. Sino que anunciaban a toda la tierra el reino de los cielos sin demasiado esfuerzo para ponerlo por escrito, utilizando solamente la demostración del Espíritu Divino que les auxiliaba y el poder de Cristo que obraba milagros por medio de ellos.
4. Y esto lo hacían de este modo porque servían a un ministerio más alto y superior al hombre. Por eso Pablo, de todos el más hábil para preparar discursos y el de pensamiento más poderoso, no nos dejó por escrito más que brevísimas cartas, a pesar de poder explicar cosas infinitas e inefables, porque llegó a la contemplación del tercer cielo, y arrebatado al mismo paraíso, fue hecho digno de oír las inefables palabras de aquel lugar.
5. Pero tampoco los otros seguidores de nuestro Salvador carecían de experiencias similares. Me refiero a los doce apóstoles, a los setenta discípulos y a millares más. Mas, a pesar de ello, de todos éstos únicamente Mateo y Juan nos han dejado un recuerdo de las plácticas del Señor, e incluso ellos, según la tradición, se pusieron a escribir obligados.
6. Por su parte, Mateo, que en primer lugar predicó a los hebreos cuando ya estaba por dedicarse también a otros, expuso por escrito su Evangelio en su lengua materna, sustituyendo de este modo por escrito la falta de su presencia en medio de aquellos de los que se alejaba.
7. Y, a su vez, Marcos y Lucas ya habían procedido a la entrega de sus respectivos Evangelios cuando se dice que Juan seguía haciendo uso de la predicación oral, y que finalmente se dedicó a escribirlo por causa de la siguiente razón:
Habiendo sido ya divulgados los tres Evangelios escritos con anterioridad, llegando también a sus manos, dicen que los aceptó e incluso dio testimonio de su veracidad, pero que el relato carecía de los hechos que llevó a cabo Cristo en el principio y también en el comienzo de su predicación.
8. La explicación es verdadera. Se puede ver cómo los tres evangelistas únicamente refieren por escrito los hechos del Salvador ocurridos un año después del encarcelamiento de Juan el Bautista. Y ellos mismos lo indican al principio de sus relatos.
9. Por ejemplo, tras el ayuno de cuarenta días y de la subsiguiente tentación, Mateo pone de manifiesto el tiempo de su propio escrito cuando dice: «Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió de Judea a Galilea».
10. Del mismo modo, Marcos dice: «Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea». Y Lucas también, antes de empezar a redactar los hechos de Jesús, menciona algo semejante, cuando dice que Herodes añadió, a sus anteriores crímenes, el siguiente: «Encerró a Juan en la cúrcel».
11. Por esta causa dicen que se rogó a Juan para que expusiera en su Evangelio el tiempo no mencionado y los hechos del Salvador durante este período (es decir, antes del encarcelamiento del Bautista). Esto también lo menciona cuando dice: «Este principio de señales hizo Jesús», y cuando habla sobre el Bautista, entre los hechos de Jesús, diciendo que todavía bautizaba en Ainón, cerca de Salem. Esto lo expone claramente como sigue: «Porque Juan no había sido aún encarcelado».
12. Así pues, Juan expone en su Evangelio escrito las obras anteriores al encarcelamiento del Bautista, pero los tres evangelistas restantes mencionan las que llevó a cabo después de que él fuera encarcelado.
13. Quien considere estos factores ya no podrá creer que los Evangelios difieren entre sí, sino que el de Juan abarca los primeros hechos de Cristo y los otros relatos el final. Del mismo modo, debe haber silenciado la genealogía según la carne de nuestro Salvador porque Mateo y Lucas ya la habían escrito y debe haber empezado con su divinidad como si el Espíritu divino se lo hubiera guardado por ser más poderoso.
14. Todo lo mencionado acerca de la escritura del Evangelio según San Juan es ya suficiente, y cuál fue la causa del Evangelio según San Marcos ya quedó explicado anteriormente.
15. Por lo que se refiere a Lucas, él también explica de antemano la razón de la composición del Evangelio al principio de su narración. Puesto que muchos otros ya se habían dedicado precipitadmnente a componer un relato de aquellas cosas sobre las cuales estaba ciertísimo, le pareció necesario alejarnos de las inciertas suposiciones de los demás y en su Evangelio nos ha transmitido la narración exacta de aquellas cosas cuya verdad ha obtenido con suficiencia de datos, por causa de su convivencia y su relación con Pablo junto con la reunión de los demás apóstoles.
16. Esto es lo que poseemos sobre este punto. No obstante, en un momento más oportuno, intentaremos exponer, usando citas de los antiguos, lo que otros han afirmado acerca de este tema.
17. Además del Evangelio, de los escritos de Juan también se conoce, sin duda alguna, tanto antiguamente como ahora, su primera Epístola.
18. Sin embargo, se discuten las dos restantes. Sobre el Apocalipsis, la opinión de muchos sigue dividida entre ambas posturas. También a su debido tiempo éste escrito recibirá el juicio basado en el testimonio de los antiguos.
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