Una de nuestras publicaciones anteriores acerca de los intentos de fundamentar la moral objetiva sin DIOS ha causado malestar en ciertos círculos anti-cristianos
1) Eliminar las cuentas que llegaron con insultos o palabras altisonantes. y ...
2) Respondimos a los retos serios y preguntas sinceras.
Uno de nuestros seguidores, Martin David Villamizar, dio una buena respuesta que queremos compartir:
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Creo que es relativamente “fácil” decir que no necesitamos a Dios para tener moralidad. Pero si asumimos que solo Dios puede fundamentar una moral objetiva, no es un truco retórico: es un reconocimiento de que lo objetivo, por definición, no puede depender de nosotros, que cambiamos y discrepamos constantemente.
Ahí está el verdadero reto para el no creyente:
¿Cómo justificar la existencia de valores y deberes morales universales sin apelar a nada trascendente?
No basta con explicar cómo surge nuestro sentido moral (biología, evolución, cultura, psicología). Eso solo describe hechos. Pero los hechos nunca se transforman por sí solos en obligaciones. De lo que “es” no se sigue lo que “debe ser”.
El problema sigue en pie:
En cambio, afirmar a Dios no es “rendirnos”: es reconocer la única fuente capaz de sostener la dignidad humana y los valores morales que todos intuimos como verdaderos.
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